HISTORIA DE LA INSTITUCION EDUCATIVA DIEGO ECHAVARRIA MISAS

   HISTORIA DE LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA DIEGO ECHAVARRIA MISAS



HISTORIA DIEGO ECHAVARRIA MISAS (MEDELLIN)


La historia del colegio está ligada a la historia del barrio Florencia. Este territorio era propiedad de la familia Cook, familiares de don Alfredo Cook Arango. Eran unos guayabales y unos rastrojos. La finca tenía dos terrenos bien diferenciados: una parte plana donde se construyó el barrio Florencia y otro terreno más pendiente donde luego se ubicó el barrio Pedregal.  El sector de pedregal fue donado por John F. Kennedy para construir viviendas para las personas más pobres.

El terreno de Florencia fue dividido en dos partes: una parte la compró el Instituto de Crédito Territorial para construir urbanizaciones para profesores, empleados del municipio, el departamento y para policías. En los planos no figuraba el terreno para el colegio. Al principio figuraba en los planos un espacio para la escuela, la inspección del policía, la iglesia y el parque. En el espacio donde hoy existe la sección de primaria había una caseta del Instituto de Crédito Territorial para guardar materiales.


La señora Dolly Botero Botero vio nacer el barrio y también vio nacer la escuela. “Aquí no había escuela ynosotros teníamos la necesidad de educar a nuestros hijos. En esas casetas iniciamos las  clases con madres de familia como maestras voluntarias. Así fundamos los primeros grupos. Al año siguiente nos nombraron maestros, sin embargo teníamos que habilitar nuestras casas para que sirvieran como salones porque no se había construido entonces la escuela”. La organización Alianza para el progreso de las Américas hizo un aporte económico para la construcción de la escuela. El espacio lo entregaron sin terminar pero la gente de Florencia deseaba que sus hijos estudiaran y por eso todos ayudaron a su edificación.  En las escrituras decía que dentro del barrio debía existir una manzana para educación, la parroquia y la salud, sin embargo existía un problema porque no se había delimitado en terreno. Los líderes del barrio (Hector Pidrahita, Gabriel Zuluaga, Saulo Jaramilo, José Joaquín Ardila, Victoriano Jaramillo, entre otros)  pusieron la primera el 19 de julio de 1997 cerca de donde hoy es el parque, pero la curia frenó la construcción porque el terreno no se había delimitado. Monseñor Víctor Viedman aseguraba que todo el territorio le pertenecía a la iglesia.



La primera piedra oficial la gestionaron los políticos del Partido conservador. Hacía 15 días habían asesinado a don Diego Echavarría Misas, entonces ellos expresaron que si le colocaban el nombre de este empresario antioqueño, levantaban aquí un colegio. El Dr. Uribe Ferrer fue invitado por los líderes al barrio y durante una borrachera firmó la promesa para construir la primera etapa del colegio. La ordenanza 018 de 1967, que creó el Liceo Departamental Florencia, fue fechada el 28 de diciembre, día de los inocentes. En 1968 colocaron la primera piedra oficial para la construcción del colegio. El Diego Echavarría Misas nació con sudor, lágrimas y peleas, pero con un inmenso deseo de salir adelante.

La primera etapa del colegio corresponde al sector de abajo, donde funcionan las aulas de Artística, la biblioteca y las coordinaciones. El primer rector fue el Señor Bernardo Salazar, quien como la comunidad no tenía días de descanso. La primera maestra nombrada oficialmente fue la señora Nelly Monsalve, quien fue una extraordinaria maestra. La primera secretaria fue doña Eugenia Velásquez, quien desempeñaba las funciones de secretaria y tesorera.   A los primeros estudiantes les tocó sentarse sobre tarros de saltines. Los primeros grupos del colegio funcionaron en la casa del señor Humberto Correa. Luego se abrieron otros grupos en la iglesia. El presupuesto para el año 1968 fue de 96.835. Con eso se pagaba la nómina del rector, de los maestros y se cubrían los gastos principales de funcionamiento. En aquel tiempo los maestros trabajaban por vocación y durante los fines de semana participaban en bazares y reinados para conseguir fondos para el liceo. Recordemos que inicialmente el colegio se llamaba LICEO DEPARTAMENTAL FLORENCIA. En el año 1972 se posesionó como rector Arturo Areiza.

“Era muy duro adaptarse a  trabajar en este colegio porque apenas era un barrio en construcción, con muy pocas vías de acceso. El techo del colegio era de eternit  y hacía un calor endemoniado, los alumnos se quedaban dormidos por causa del calor. El colegio funcionaba con una pobreza franciscana. La primaria estudiaba en la mañana y bachillerato en horas de la tarde, durante una jornada de 1 a 7 pm. En aquel tiempo se presentaban problemas entre los docentes de las jornadas porque a veces los estudiantes de la tarde no hacían aseo o por otros motivos, afirma el señor Gilberto Correa. Debido al crecimiento acelerado del Liceo fue necesario desplazar algunos grupos al barrio Santander. Los docentes tenían que caminar alrededor de 10 cuadras para ir a dictar las clases a esa sección.



El maestro en esa época era un líder, para ellos no contaba el tiempo, trabajaban con mística y con muy pocos recursos”,  pero a pesar de eso se apoyan en las ayudas educativas,  expresa  el profesor Gilberto Correa.  Mientras se construía la primera etapa del liceo fue necesario trasladar algunos grupos para el sector donde hoy funciona la I.E Maestro Pedro Nel Gómez.

En 1974 se construyen 10 aulas, oficinas, unidades sanitarias y biblioteca. En esa época la comunidad tuvo que hacer “paro” porque habían dejado el colegio en obra negra, así lo afirmó el periódico El Colombiano.

Mediante resolución del 13 de agosto de 1979 se aprobó el Plan de estudios de 1° a 6°. En mayo 1° de 1979 llegó al Liceo la secretaria Gloria Inés Escobar. A partir de 1973 se creó la doble jornada porque no había espacio para cubrir la demanda de la población escolar. En esa época el colegio tenía una tuna prestigiosa.

De acuerdo con el rector Rubén Darío Patiño, en la época del 70 al 80 hubo en el mundo un movimiento estudiantil terrible. La gente había interiorizado las ideas revolucionarias del Che Guevera y se hacían muchas revueltas en el colegio, sin embargo eran jóvenes que amaban el estudio.

 En esa misma época cuenta la señora Dolly Botero se expandió también el fenómeno de la droga y llegó a los colegios la moda de los muchachos cocacolos. En una casa vecina cercana al colegio había una casa donde los jóvenes bailaban desnudos y consumían drogas. El padre Restrepo y doña Dolly tuvieron que intervenir para evitar que esa moda siguiera afectando a la juventud del colegio y del barrio Florencia. “El cuerpo de uno es sagrado, ni la droga, ni la prostitución pueden perturbar a la moral de la juventud y de los barrios”, afirma la señora Botero.

En 1979 se proclama la primera promoción de bachilleres del Liceo Departamental Florencia, pero la graduación se realiza el 23 de enero de 1980 en el auditorio del CASD.  Mediante resolución del 11 de diciembre de 1980 el colegio es adscrito al CASD. Al año siguiente se crea la media técnica mediante convenio suscrito con el CASD.  El 20 de octubre de ese mismo año se presenta oficialmente el himno y el escudo de la institución con base en los principios de honestidad, ciencia y solidaridad. El profesor Orlando Montoya, quien era un gran escritor fue el autor del himno del colegio.

La época del 80 fue muy dura para el colegio y para la sociedad en general. Fue la época del narcotráfico en Colombia y con él aparecieron las “bandas criminales y de delincuencia”. El colegio no fue ajeno a este fenómeno. Durante esa época fueron asesinados los estudiantes Hernán Buriticá, Diego Alexander Gómez y Angela Victoria Cortes. En 1993 se roban los computadores del colegio y varios profesores fueron amenazados.

En 1983 el Diego Echavarría Misas fue dividido en tres agrupaciones. La primera agrupación funcionaba donde hoy es el colegio. La segunda agrupación operaba donde hoy es la I.E. Maestro Pedro Nel Gómez. La tercera agrupación empezó a funcionar donde después se creó la I.E Félix de Bedout Moreno. En el año 1882 mediante una gran movilización de profesores, estudiantes y de la comunidad se logró reactivar la construcción de la segunda planta.

En 1984 el colegio tuvo una participación deportiva destacada con el estudiante Juan Darío Serna, campeón nacional de tenis de mesa. Durante ese mismo año se entregó oficialmente la segunda etapa del colegio. En 1985 se organizan los laboratorios integrados de Física, Química y Biología.
En 1989 el colegio ganó el reinado municipal de la Simpatía con la participación de Marisol Correa.

En el año 90 se empezaron a organizar en el barrio algunas bandas que dieron mucha guerra en el colegio. “Estas bandas casi acaban con el colegio”, afirma el rector Rubén Darío Patiño. Para esa época el rector era don Hernando Rico. Ya había señalado que algunos profesores fueron amenazados y tuvieron que ausentarse durante algún tiempo. “Estuvimos fuera del colegio entre 15 y 22 días debido a la situación tan complicada que se vivía en ese momento”, afirma el profesor Francisco Grajales. En el año 1993 el colegio entró en una crisis miedosa, señala Rubén Darío, rector actual. En vista de esa situación la Secretaría de Educación dividió el colegio en dos jornadas con un rector para cada una. En la jornada de la mañana se posesionó como rector Gonzalo Henao.  Para la jornada de la tarde llega como rector el señor Rubén Darío Patiño en 1994.



A pesar de esto el colegio tenía una alta demanda de estudiantes. Cuenta el profesor Guillermo Pulgarín que había grupos con 55 estudiantes en un aula. Este hacinamiento de estudiantes fue una de las causas que hicieron que el colegio se desbordara en desorden y en violencia. Había alrededor de 2000 estudiantes matriculados en secundaria. En el año 1994 empezó la depuración del colegio. Fue una época marcada por mucha violencia. “No había otra alternativa: o se amarra los calzones o se va”, señala con tristeza el rector Rubén Darío García, a quien le tocó sortear la historia más difícil del colegio. “Tuvimos que sacar 168 muchachos que no se ajustaban a las normas del colegio y que además eran un problema para la estabilidad laboral y escolar”.

En ese mismo año se creó la Ley 115 o Ley General de Educación y con ella se crearon también los Consejos Directivos. Al primer consejo directivo le tocó liderar la depuración del colegio. La población escolar de la jornada de la tarde disminuyó considerablemente, pero en el año 1996 el fenómeno se empezó a invertir y la población empezó a crecer aceleradamente pero con mayor organización y disciplina. El primer personero fue Luis Carlos Velilla  Tabares, un verdadero líder estudiantil, quien también ayudó a organizar el colegio. Este proceso de depuración le costó al rector una enemistad grande con los estudiantes de la mañana. “Un día un joven, bajo el efecto de las drogas, ingresó al colegio con el propósito de asesinar a un estudiante de la jornada de la tarde, como yo traté de evitarlo el joven enfurecido tomó una varilla y me botó los dientes delanteros”, relató sin rencor el rector Rubén Darío Patiño, durante un conversatorio organizado en el marco de la celebración del cumpleaños N° 40 del colegio. Era una época tan terrible que las bandas de la calle enviaban comunicados al colegio exigiendo el retiro de los muchachos vinculados a bandas estudiantiles o al servicio de la delincuencia y el narcotráfico.

Después de varias luchas ya estaban dadas las condiciones para unificar el colegio y fue así como el año 1999 se nombró como rector de la Institución Educativa Diego Echavarría Misas al antiguo rector de la jornada de la tarde, señor Rubén Darío Patiño García, después de haber realizado una encuesta a la comunidad.

El 1° de agosto de 1994 se inicia el restaurante escolar con una capacidad para 250 estudiantes. El 31 de agosto de 1999 visitó a la institución el Señor Alcalde Luis Pérez Gutiérrez. Durante su visita prometió construir un coliseo, pero a la fecha no se ha visto esta obra que es una necesidad para toda una comunidad.

Años más tarde el colegio fue encerrado con una malla que evitaría que los muchachos de la calle ingresaran al colegio sin control. Después se construyó el espacio donde funciona la sala de profesores, el auditorio y el restaurante escolar.  En el año 2002 la Escuela Eduardo Uribe Botero se fusionó con la I.E Diego Echavarría Misas.



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              HISTORIA-MUSEO EL CASTILLO



El Castillo fue construido en 1930 por H.M Rodríguez, la primera firma constructora de Medellín. Su arquitectura se inspiró en los castillos del Valle del Loira en Francia.
Inicialmente, fue residencia campestre del Señor José Tobón Uribe, quien hizo traer los planos directamente desde París.
El estilo del castillo es gótico medieval. Gótico por sus torres terminadas en aguja y medieval por la forma ojival de sus puertas y ventanas.
En 1943 Diego Echavarría Misas compró El Castillo y lo convirtió en su lugar de residencia. Don Diego y Doña Benedikta Zur Nieden, su esposa, lo remodelaron y ampliaron sus salones con el propósito de convertirlo en museo y legarlo a la Ciudad como centro cultural.
A partir de 1971 mediante escritura pública, El Castillo, sus predios y jardines dejaron de ser residencia para convertirse en Casa Museo.
Diego Echavarría Misas era hijo de Don Alejandro Echavarría y de la señora Ana Josefa Misas. El señor Alejandro fundó la textilera ColtejerCorona y el Hospital San Vicente de Paúl; y Doña Ana, el Amparo Infantil Santa Ana.
Don Diego nació en 1895 en Medellín, a los 16 años fue enviado a Alemania,  donde cursó estudios secundarios en el Paedagogiun (pedagógico) en Godesberg, cerca a Bonn.  Luego se casó con doña Benedikta Zur Nieden de procedencia alemana; de esta unión nació solamente una hija a quien llamaron Isolda.
Consciente de las necesidades de la cultura y educación de los medellinenses, Don Diego fundó en 1945 la Biblioteca de Itagüí para contribuir con la educación de la población antioqueña, también donó la casa donde vivía antes de venir a vivir al Castillo, ubicada en el municipio de Itagüí, llamada Ditaires; en honor  a su esposa  Dita (así la llamaban a ella  por cariño), aires  porque en la época esta zona era muy despoblada y allí llegaban todos los vientos. Hoy en día Ditaires es una casa de convenciones, sus jardines, el estadio Ditaires y lugares aptos para la recreación campestre del municipio de Itagüí.  Luego de la muerte de su hija Isolda, Don Diego donó un lote y fundó la escuela Isolda Echavarría.  A través de los viajes, los esposos Echavarría fueron dotando su hogar de obras de todo tipo, ya que tenía pronosticado su casa pasaría a ser patrimonio cultural de su querida ciudad.
El Castillo hoy por hoy, es una Fundación  privada sin ánimo de lucro convertido en Museo, dedicado a la promoción del arte y la cultura.  Conserva colecciones de obras de maestros colombianos, artistas europeos y colecciones de artes decorativas: muebles de principios del siglo pasado, cristalerías de Baccarat, vajillas y porcelanas de manufacturas europeas.
El ambiente de sus salones y jardines evoca una época dedicada al culto de las artes, que apuesta también en sus nuevos espacios por la contemporaneidad y la vanguardia.


UN SECUESTRO, UN ESCRITOR
en una finca cercana a Medellín, el cadáver de un hombre asesinado. Se trataba de Diego Echavarría Misas, empresario, filántropo, mecenas de la cultura, persona querida y respetada por la sociedad. Don Diego se distinguía por ser miembro de una de las familias más destacadas, había recibido una esmerada educación en Europa, estaba casado con una alemana con quien tuvo una hermosa hija, lamentablemente muerta a los diecinueve años. Vivía en un castillo rodeado de fuentes, árboles y cipreses en una de las laderas de El Poblado, el barrio de los privilegiados.
De no ser por la muerte de la hija, esta podría servir de inspiración para un cuento de hadas. Pero el violento final de la historia de don Diego se encargó de derrumbar la aparente seguridad de una familia que jamás volvería a ser la de antes. Lo mismo ocurriría con Medellín y con el resto del país, que poco tiempo después se verían sujetos al terror del secuestro generalizado, un vil negocio a manos del hampa con oscuras conexiones, terror no solo de los más adinerados sino de familias de pocos recursos


Ya el país se había estremecido con la noticia de otros secuestros. El de Elisa Eder, una niña de tres años raptada en Cali y rescatada pocos días después. No ocurrió igual con su padre, Harold Eder, propietario del ingenio La Manuelita, plagiado dos décadas más tarde por Tirofijo, ni con Oliverio Lara, secuestrado en su finca Larandia y obligado a cavar su tumba antes de ser decapitado.
Se trataba de casos lamentables, aunque aislados. Pero el secuestro de don Diego pareció abrir las compuertas al más horrendo de los crímenes.Pasados cuatro años los habitantes de Medellín estaban tan acorralados por el hampa, que el en ese entonces presidente Alfonso López no dudó en tomar de incógnito un avión de Avianca, aterrizar en la ciudad sin escolta visible, llegar sin previo aviso al Club Unión y convocar a personajes del gobierno, la industria y el comercio. Venía a brindarles apoyo y a tratar de encontrar una solución al problema,  además de demostrarles que la situación no era tan desesperada. Allí estaba la prueba, en su persona incólume.
Jorge Franco, un escritor más preocupado por ejercer bien su oficio que por desfilar por las pasarelas de la fama así ésta lo persiga, acaba de publicar una novela sobre el secuestro de don Diego, El mundo de afuera, ganadora del premio Alfaguara. Un libro que el lector no podrá abandonar hasta no haber llegado a la última frase de una trama perfecta, pese a conocer desde el comienzo el trágico final.
Pero la novela no se reduce a un caso particular en una ciudad de provincia. Los hechos que relata son el espejo de una realidad dolorosa para el país, algo que ha sucedido tantas veces en el pasado y que lamentablemente sigue ocurriendo. Por sus páginas desfilan jóvenes llenos de una desmedida ambición de dinero, las mujeres sin escrúpulos que los secundan, una juventud que se presiente perdida en un mundo donde los valores se van desdibujando, una historia de amor, la obsesión de un bandido por una princesa, una familia rodeada de privilegios en medio de las diferencias sociales. El libro de Jorge Franco también revela lo fácil que es plagiar a una persona, y lo mal que pueden salir las cosas. Todo ello con un acierto tal en las descripciones, con una agilidad en los diálogos y en el cambio de escenas, con un lenguaje tan ajeno a los rebuscamientos, que cada frase suena a verdad y la historia cobra vida frente al lector.
Como telón de fondo está el problema de la inequidad, magistralmente contrastada entre los refinados habitantes del castillo que viven rodeados de obras de arte, ofrecen conciertos en sus salones, hablan otros idiomasy se mueven por el mundo como si les perteneciera, y los secuestradores, jóvenes que contemplan el futuro con desaliento. Esta es una de las razones por las cuales recurren a métodos violentos para encontrar una suma fabulosa que los hará sentirse ricos durante unas semanas, tal vez salir del país en busca de mejores horizontes.
La literatura no puede pretender nada mejor que ser buena literatura, no engañar al lector, como decía hace poco otro escritor, Rafael Baena en una entrevista, no aburrirlo. Si la novela de Jorge Franco hace un llamado a un país más justo es otro de sus méritos. Sin duda atraerá millares de lectores así como el interés de los productores de cine, pues parece hecha para ser llevada a la pantalla.
A tantos méritos se suma el golpe de suerte publicitario que le ofreció sin pretenderlo la presidenta de la junta directiva del Museo El Castillo, el mismo de la novela, por no estar de acuerdo con algo de lo expuesto allí. Para un escritor en el momento de presentar su libro, es un escándalo envidiable, que hará que su éxito sea aún más arrollador. Y para el país, una muestra de incultura y de la mentalidad pacata también denunciada en la obra, y que tanto nos agobia en Medellín.

            BIOGRAFÍA DE DIEGO ECHAVARRIA MISAS

Don Diego Echavarría Misas, (Itagüí25 de febrero de 1895- † Medellín19 de septiembre de 1971) fue un conocido filántropo que donó gran parte de su dinero a los municipios del Valle de Aburrá.

                                          VIDA Y OBRA

Diego Echavarría Misas era hijo de Alejandro Echavarría Isaza, originario de Barbosa y Ana Josefa Misas Euse. A los 16 años fue enviado a Alemania, donde cursó estudios secundarios en el Pedagogium en Godesberg, cerca a Bonn.1​ A partir de entonces, viajó por diferentes sitios de Europa, visitando periódicamente a Medellín, donde inicialmente trabajó con su padre. Se instaló en París.

Posteriormente contrajo matrimonio con la alemana Doña Benedikta zur Nieden, conocida como Doña Dita con quien tuvo su única hija Isolda Echavarría Zur Nieden; decidió instalarse en Medellín y compró una finca en Itagüí, que llamó Aires de Dita, luego llamada Ditaires, allí sembró una arboleda. Actualmente, los territorios originales de la finca han sido reducidos para la construcción de barrios y avenidas, la casa de la cultura de Itagüí, el Colegio Alemán de Medellín y el parque Recreativo Ditaires. Sin embargo, la hacienda principal no ha sido modificada, y hoy es un centro de convenciones.
Los domingos observa la precaria situación de los campesinos, motivo que le incitó a construir una clínica en San Antonio de Prado, dando la mitad del presupuesto para su construcción. En 1945 construyó la Fundación Biblioteca de Itagüí, obra favorita del señor Diego. Hizo caso omiso de las críticas. 15 años después se vio el resultado; aproximadamente 10.000 lectores acudieron en 1960 a esta sala de lectura. La estadística del año 1971 arrojó un total de 354.236 lectores. Este recinto es actualmente un auditorio, ya que la biblioteca fue trasladada al Parque Obrero.

En los primeros años funcionaba una clase de pintura que más tarde se suprimió debido a la estrechez, por el gran número de lectores. En 1970 donó un gran lote de su finca en Itagüí para la construcción de una escuela en el barrio Santa Ana, que llamó Isolda Echavarría en memoria de la única hija de Don Diego, fallecida en Estados Unidos donde cursaba sus estudios universitarios debido a una enfermedad llamada Guillain-Barré-Landry. Con el patrimonio de su familia, Don Diego creó una Fundación para obras de educación y beneficencia, construyó la Residencia Isolda Echavarría en el barrio el Pedregal; centro que suministra educación práctica y asistencia médica a la población cercana. Casi a diario subió para vigilar los trabajos de la construcción y más tarde el funcionamiento.
Se trasladó posteriormente al Poblado con la compra de El Castillo, sitio donde instaló obras de arte. Gustó de vivir en ambiente europeo y reformó esta casa hasta lograr una apariencia artística extraordinaria. Ahora es museo. Lo último que logró crear fue la Biblioteca de Barbosa. El 8 de agosto de 1971 a la entrada de su casa de El Castillo en Medellín, el automóvil en el cual viajaba el patriarca Diego Echavarría Misas, fue abordado por unos hombres. Un mes y medio después, apareció su cadáver en una finca cercana a un barrio que llevaba el nombre de Alejandro Echavarría, su padre. Los secuestradores pertenecían a la banda del "Mono" Trejos y el rapto y asesinato de don Diego causaron una conmoción similar, sólo comparable a la generada por el caso de don Oliverio Lara, quien tuvo un fin semejante.3​ Fue asesinado el 19 de septiembre de 1971.



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Comentarios

  1. acá voy a escribir la historia de la diego echavarria misas tenganlo presente este es mi blog
    http://juanmanuelmartinez8-1.blogspot.com.co

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  2. FORMANDO EN VALORES LA SOCIEDAD DEL SIGLO XXI

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